Todas las empresas deben ser conscientes de que la transformación digital de sus negocios ha pasado ya de ser un reto a convertirse en una obligación sin la cual es imposible competir y mantenerse en el mercado.
Este ineludible proceso se completa a través de una serie de fases que implican modificar la esencia misma de la empresa, sus productos o servicios, modelo de negocio, las personas que allí trabajan, la relación con el cliente.
Entre todos estos aspectos, destacamos cuatro que nos parecen fundamentales.
1. Automatización y gestión remota de procesos
El vertiginoso desarrollo de la tecnología digital tanto a nivel de dispositivos como de software ha posibilitado la optimización de procesos y operaciones en todos los sectores económicos.
Robots en las plantas de producción, taxistas con GPS, almacenes automatizados y, por supuesto, la informática en la mayoría de las organizaciones revelan que este proceso de implantación se generaliza más y deprisa cada día a medida que los beneficios de su puesta en marcha superan los gastos de inversión.
2. Generación de valor a través del análisis de datos
A día de hoy y constatando la transformación digital a nivel de usuario, se calcula que debe haber en el mundo más de 50 billones de dispositivos portátiles que generan una ingente y constante cantidad de información. Las empresas que son capaces de canalizarla y analizarla (Big Data) obtienen pautas de consumo y de comportamiento del cliente que permiten desarrollar nuevas utilidades y productos o ser más eficientes en los recursos garantizando nuevas fuentes de rentabilidad a su negocio.
3. Cultura digital corporativa
El desafío principal de la transformación digital en el seno de algunas compañías no se localiza ni en los clientes ni en los procesos, sino en sus miembros más destacados. La falta de liderazgo y la resistencia al cambio ralentizan peligrosamente el modo y la forma en que se producen los avances en cultura digital dentro de la organización, la adquisición de la nueva mentalidad y habilidades que necesitan los colaboradores.
Para afrontar con éxito los nuevos desafíos, es necesario desarrollar entre estos directivos y responsables de área una cultura corporativa que facilite la innovación digital y oriente hacia metodologías de gestión de equipos remotos
4. Formación como base de la transformación digital
Como en múltiples aspectos de nuestra existencia, la formación es la base de la transformación y, en el caso concreto de la transformación digital, obviamente también. Resulta imprescindible formar para promover:
- Nuevos perfiles profesionales como desarrolladores, expertos en generación de tráfico y procesos automatizados, científicos de datos…
- El desarrollo de nuevas habilidades entre los empleaados para incorporar herramientas digitales a sus competencias tradicionales.
- Estilos de liderazgo más novedosos y flexibles con perspectivas gerenciales que se adapten a las cambiantes exigencias de la transformación digital de los negocios.
Desde ADEK, consultora de formación, partimos de contenidos del mundo IT y los adaptamos a todas las áreas de la compañía para transformar digitalmente las habilidades y actitudes de todos sus profesionales.
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